Nos resulta imposible escapar del encuentro de Dios. En efecto, todo viene de él y a él vuelve, pero desgraciado aquel que no está revestido del traje nupcial, porque será expulsado a las tinieblas exteriores (Mateo xxII 13). Pero: ¿que de nosotros es expulsado? Porque solo Dios es real.
Abbé Henri Stéphane
sábado, 4 de julio de 2009
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